Binta y la gran idea
Es uno de los cinco cortometrajes que corresponden a la película En el mundo a cada rato, 2007, producida por Tus ojos, en la que cinco directores muestran su visión sobre distintas realidades que afectan a la infancia y por las que UNICEF trabaja en todo el mundo.
2007. Senegal, España. 31 min.
Fue financiada por UNICEF.
Director: Javier Fesser
Guión: Javier Fesser
Reparto: Zeynabou Diallo (Binta), Agnile Sambou (padre de Binta), Aminata sano (Soda)
Nominada al Oscar Mejor Cortometraje 2007
Sinopsis: Binta es una niña africana de siete años, que vive en una preciosa aldea junto al río Casamance, en el sur de Senegal, y va al colegio. Cuenta en off la «gran idea» de su padre, a la que ella no es ajena. Su padre es pescador en una pacífica aldea de Senegal. Un amigo le cuenta las maravillas que ocurren en las tierras de los blancos «los tubab», que puedan coger millares de pescados con barcos más grandes equipados de técnicas muy importantes, que viven en la abundancia. También le cuenta que para defender sus riquezas van armados, y le enseña una de las maravillas, el reloj que suena a mediodía en punto. «¿Qué sucede al mediodía?” pregunta el padre de Binta. «!pues que la alarma suena!» contesta el amigo.
Narra Binta la vida del poblado, el trabajo colectivo a pesar de que las tierras son particulares, la escuela, La obra de teatro que monta el maestro para contar a los vecinos que las niñas deben ir a la escuela, la necesidad de que las niñas también aprendan para que no les pase como a la madre de Soda, su prima, a la que engañan cuando va a vender su fruta al mercado.
Se muestran en el film la fuerza del teatro, la solidaridad. la vida sencilla, la creatividad de vivir con lo que se tiene. La gran idea llega por fin a las autoridades: desea mejorar el mundo mediante la adopción de un niño blanco, destetado preferiblemente, para enseñarle a vivir en una sociedad sostenible, solidaria, sencilla, en la que no se necesiten armas para defender los beneficios.
Algunas frases de la película
«Si seguimos el camino que el primer mundo nos marca corremos el riesgo de que los hijos de nuestro hijos se queden sin peces, sin árboles, sin aire…y en el afán de acumular bienes nos lleve a perder el sentimiento de solidaridad y que el miedo a perder las riquezas acumuladas nos lleve a destruirnos entre nosotros. Es por ello que quiero aportar mi pequeño grano de arena, solcito iniciar los trámites de adopción de un niño tubab. Ya destetado, a ser posible, para que pueda aquí desarrollarse como persona y adquirir los conocimientos necesarios para ser feliz en nuestra humilde comunidad». (De la carta que el padre de Binta entrega a las autoridades)
«Mi padre dice que todos los niños del mundo tienen derecho a educarse en un espíritu de amistad, de tolerancia, de paz y de fraternidad. Todos los niños, incluso los tubab».
«Mi padre dice que debemos aprender del comportamiento de los pájaros. Los pájaros son tan listos que toman lo mejor del norte y lo mejor del sur».
Binta en la escuela hace dibujos. Habla de los colores. Le gusta el amarillo pues es el color del sol, el verde, el color de la selva, pero el que más le gusta es el color carne. Elige el marrón.
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